MUERTE SÚBITA Y PARADA CARDIO-RESPIRATORIA.
Dra. Nuria Rivas Gádara
CARDIOLOGÍA
La muerte súbita es la aparición repentina e inesperada de una parada cardíaca en una persona que aparentemente se encuentra sana y en buen estado. La causa es una arritmia que se llama fibrilación ventricular que es un ritmo caótico de los ventrículos (una parte de corazón) que hace que el corazón no se pueda contraer, dejando de latir. El paciente pierde el conocimiento y deja de respirar (los ojos pueden estar abiertos o cercados) y, si no recibe tratamiento inmediato, la consecuencia es la muerte al cabo de unos minutos. Ante esta situación lo primero que hay que hacer es llamar al teléfono de emergencias 112 y explicar de forma clara que hay una persona en parada cardíaca. Además, se tienen que empezar maniobras de reanimación cardio-pulmonar. Lo realmente importante es hacer masaje cardíaco puesto que se ha demostrado que la respiración boca-boca no es eficaz. Para hacer masaje cardíaco de forma correcta se tienen que utilizar las dos manos, ponerlas en el centro del esternón y hacer compresiones hacia abajo (unos 5 cm) con los brazos en extensión a una frecuencia de 100 por minuto. Hay cursos de reanimación cardiopulmonar dirigidas a no sanitarios en los cuales se enseña a realizar masaje cardíaco correctamente. Si tenemos a mano un desfibrilador automático (aparato que administra una descarga eléctrica a través de la pared torácica que es capaz de restablecer el ritmo cardíaco normal) podemos utilizarlo siguiendo las instrucciones auditivas que emite. Si no hay desfibrilador disponible es importante continuar con la reanimación cardiopulmonar.
En aquellas personas con un corazón sano la fibrilación ventricular es muy rara. La causa más frecuente de esta arritmia en personas de edad superior a los 35 años es el infarto agudo de miocardio. En personas más jóvenes la causa puede ser una enfermedad hereditaria del músculo (como la miocardiopatía hipertrófica) o de la actividad eléctrica de corazón (canal sufrías como el síndrome del Q T largo o el síndrome de Brugada).